Home Internacional Una nueva América Latina ¿Sin Chávez?

per @luchito_cjs  (Luciano Napolitano)

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El día 11 de diciembre del año 2012 el actual presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el comandante Hugo Chávez, fue sometido en La Habana (Cuba) a una compleja cirugía debido a un cáncer en la zona pélvica. Pese al infarto de miocardio sufrido durante la cirugía y a la extracción de parte del intestino y la próstata agravada con la pérdida de aproximadamente unos 20 kg, según medios afines, la evolución clínica ha sido favorable y el presidente continúa luchando por su vida.

Dado que dos meses antes se habían celebrado las elecciones presidenciales en dicho país, resultando Hugo Chávez reelegido por tercera vez consecutiva desde 1999, dicha cirugía lo había apartado de cualquier tipo de actividad política. Al comenzar el nuevo año y constatar que el estado del mandatario no mejoraba, se comenzó a expandir el rumor que no podría asistir a la jura del cargo presidencial estipulada para el dia 10 de enero de 2013. El discurso de la oposición encarnada en la figura de Henrique Capriles, líder del partido de centro Primero Justicia, solicitó a la justicia que se declare la ausencia de Hugo Chávez permitiendo así la asunción al poder del titular de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Esto permitirá, según la constitución venezolana, convocar a nuevas elecciones presidenciales y abrir un nuevo proceso político en el país caribeño.

El Tribunal Superior de Justicia de Venezuela (TSJ), a través de su titular Estela Montes, falló el día 9 de enero de 2013 que no debe considerarse ausencia temporal la salida del país del comandante debido a la autorización que le brindó la Asamble Nacional antes de la operación. La constitución venezolana dispone una serie de casos por los cuales se establece la falta absoluta del presidente, entre ellos, “incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el TSJ” pero los magistrados dan por hecho que no es necesaria una nueva toma de posesión ya que el presidente podrá jurar su cargo cuando “cese el motivo sobrevenido”.

Hoy por hoy, según algunas agencias de noticias y periódicos locales, el mandatario venezolano está evolucionando favorablemente y podrá incorporarse a sus actividades en los próximos días. Se conoce que está consciente y puede mantener conversaciones perfectamente, pero la decisión depende exclusivamente del equipo médico que lo atiende en Cuba.

Cierto es que desde la internación de Hugo Chávez y su delicado estado de salud se ha especulado mucho con el futuro del chavismo y la llamada “Revolución Bolivariana”. Numerosos personajes, políticos, expertos, y figuras de la cultura de América Latina han salido a pronunciarse sobre este tema y todos lo han hecho en diversos sentidos.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa expresó su solidaridad con el pueblo venezolano, y definió a su colega como un “presidente histórico” de la región. También aseguró que la Revolución Bolivariana está consolidada y no corre ningún peligro. Por otro lado, el ex presidente paraguayo, Fernando Lugo, también consideró posible continuar con el movimiento chavista a pesar de la falta de un líder con un carácter tan particular como el que tiene el comandante. Otros presidentes, que también expresaron su apoyo fueron los de Nicaragua, Daniel Ortega, el presidente de Bolivia, Evo Morales, la presidenta de Brasil y su antecesor, Dilma Rousseff y Lula Da Silva y la presidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quién visitó al comandante y se refirió a él como “un amigo y un compañero”.

Lo cierto es que el apoyo a Chávez de la mayoría de presidentes de América Latina no es casual. Junto con el mandatario venezolano, Lula Da Silva en Brasil y Néstor Kirchner en Argentina han iniciado un proceso de transformación política, social, económica e incluso cultural, cuyas bases son semejantes: Responder a las necesidades de las clases más excluidas y desplazar el eje de la economía desde la esfera financiera a la productiva. Los objetivos principales de esta nueva etapa han sido lograr el pleno empleo, recomponer la industria nacional (tan devastada en la década neoliberal de los ‘90), impulsar el mercado interno, recuperar la soberanía política y alcanzar la emancipación de los intereses extranjeros, manteniendo así un crecimiento económico sostenido en el tiempo. Evidentemente, este proceso se ha llevado a cabo gracias a un nueva manera de entender el papel del Estado y unas nuevas políticas de redistribución del ingreso.

No olvidemos tampoco, lo importante que fue para el desarrollo de la integración regional la creación de la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) ya que permitió crear un espacio de cooperación entre sus miembros con el objetivo de generar nuevas políticas sociales para la región, eliminar la desigualdad económica, lograr la inclusión social, la participación ciudadana y fortalecer la democracia.

Según el anuario económico de la CEPAL* (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) que publicó en el año 2012, los datos de la región han sido más que satisfactorios. América Latina cuenta con una tasa de variación media de crecimiento del PIB del 4,25% en los últimos años. Los países que más han contribuido a este índice no solamente han sido Venezuela, Brasil y Argentina sino también Uruguay, Chile y Ecuador gracias a que no se han visto tan gravemente afectados por la crisis financiera internacional en el año 2009.

Otro dato muy revelador de la situación del continente suramericano es el gran crecimiento del PIB per CÁPITA que ha sufrido la región. En 2004 el índice que relaciona el PIB con el número de habitantes de la región era de 4.726,70$ y en 2011 era de 5.741,40$, una suba de más del 20%.

Pero estos datos no son posibles de obtener, sino es gracias a la sólida gestión que están llevando a cabo la mayoría de los países latinoamericanos. Es el propio caso de Venezuela donde los índices de la pobreza se han reducido espectacularmente. Por ejemplo, el porcentaje de personas al borde de la extrema pobreza y de la línea de indigencia se ha reducido de 49.4% en 1999 a 29.5% en 2011 y al mismo tiempo que disminuye el índice de Gini de 0.498 a 0.397 en el periodo de tiempo correspondiente.

Pero parece que en Latinoamérica, y mucho menos en Venezuela, no todo es color de rosa en estos tiempos. Desde la intervención de Chávez y su largo tratamiento, han surgido numerosas voces que ponen en tela de juicio la continuidad de la revolución bolivariana en el país caribeño. Desde algunos sectores está comenzando a correr la idea de que el chavismo encontrará su fin con la posible muerte del mandatario. La idea principal radica en que un carácter como el de Hugo Chávez no podrá ser sustituido tan fácilmente. El estilo tan particular que tiene el presidente Chávez de gobernar y de trascender a la política conforma parte del núcleo duro de la ideología chavista.

Evidentemente, la sustitución de una figura tan particular como lo es Chávez no es una tarea sencilla. La falta de liderazgo que puede conllevar la posible sucesión de Chávez no sólo acarrea un problema en la misma Venezuela sino en toda la región. Por esto, cobra gran relevancia la organización interna del movimiento chavista. Dado que la aparición de un líder político semejante a Chávez es improbable, la organización de la bases nos permitirán constatar con el paso del tiempo la solidez del movimiento.

Un trauma similar a la desaparición del jefe del movimiento, fue lo que sufrió el peronismo con la muerte de sus dos principales símbolos. Tanto la muerte de Evita como de Perón, los transformó en mártires para la sociedad argentina y esto resultó ser aún más peligroso para los que preferían su desaparición. Pero si bien es cierto que el peronismo después de la muerte de Perón sufrió varios golpes de estado y numerosas dictaduras que lo censuraron, y esto hoy en día parece más complicado que suceda, no fue hasta el año 2003 con la llegada de Néstor y Cristina Kirchner que recuperó la esencia que lo había caracterizado.

Por esto, podemos decir que la sucesión de Hugo Chávez depende pura y exclusivamente de cómo se ha estructurado las bases del movimiento para asegurar una línea de continuidad y eludir a la posible disidencia. Continúe o no el chavismo en el poder, el legado de Hugo Chávez a la sociedad venezolana está más que consolidado.

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* La CEPAL es una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas y su sede está en Santiago de Chile. Se fundó para contribuir al desarrollo económico de América Latina, coordinar las acciones encaminadas a su promoción y reforzar las relaciones económicas de los países entre sí y con las demás naciones del mundo. Posteriormente, su labor se amplió a los países del Caribe y se incorporó el objetivo de promover el desarrollo social.
 

Luciano Napolitano

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