Home Comunicació La edad de oro del ‘fact check’

por Marc Garriga Segarra (@garrigasegarra)

La cobertura mediática de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos ha sido objeto de debate y los medios de comunicación han recibido críticas por su papel en la victoria de Donald Trump. A pesar de ello, durante la campaña los medios han sometido a examen continuamente las declaraciones de los candidatos, verificando si coincidían con los hechos y con datos contrastables.

Para ello, un método que está en auge es el fact checking, en español llamado verificación de datos. Es un formato periodístico que permite de una forma simple, clara y precisa informar a los ciudadanos de si sus políticos dicen o no la verdad. Aumenta la fiscalización del poder, la rendición de cuentas (accountability) y algunos medios están asignando esta tarea a grupos de periodistas cada vez más numerosos. Sin ir más lejos, el equipo del New York Times para realizar el fact checking del primer debate presidencial estuvo formado por 18 personas[1]. Estos equipos de verificadores a tiempo completo seleccionan una afirmación de un político o un dato que haya utilizado en un discurso y determinan si es cierta o no. Porque periodismo no es únicamente informar sobre lo que dicen los políticos, sino también señalar con claridad cuando los datos que usan son falsos.

En los EEUU hay hasta 40 proyectos fact checking en activo, según Duke Reporter’s Lab[2], que se encargan de contrastar las proclamas de los políticos. Uno de los momentos de más protagonismo de los fact checkers durante la campaña en los EEUU fue en el primer debate presidencial entre Clinton y Trump. En una ocasión el republicano le soltó a la ex secretaria de estado: “Le estás diciendo al enemigo todo lo que quieres hacer. No me extraña que hayas estado luchando contra el ISIS durante toda tu vida adulta”. La respuesta de Clinton fue: “Por favor, fact checkers, poneos a trabajar”. En ese cara a cara Clinton apeló hasta tres veces a los verificadores de datos para que contrastaran las afirmaciones de su oponente.

El periodista norteamericano Brooks Jackson fue pionero aplicando este formato de periodismo a la cobertura de las elecciones presidenciales de 1992 para la CNN. Posteriormente fue contratado por la Universidad de Pennsylvania para las elecciones de 2004 y entonces creó FactCheck.org, la primera web dedicada enteramente al fact checking[3]. Es un proyecto periodístico apartidista sin ánimo de lucro del Annenberg Public Policy Center, de la Universidad de Pennsylvania, y su misión es “reducir el nivel de decepción y confusión en la política americana”. Y lo hacen supervisando “la exactitud de lo que dicen los principales políticos americanos a través de anuncios, debates, discursos, entrevistas y comunicados de prensa”. Factcheck.org también ofrece en la sección Ask FactCheck[4] la posibilidad a los usuarios de hacer peticiones para que verifiquen rumores que circulan por internet o respondan preguntas sobre algún aspecto concreto de la actualidad política.

En el año 2007 Bill Adair fundó Politifact.com, premio Pulitzer del año 2009. Actualmente es un proyecto de Tampa Bay Times y su misión es “ayudarte a encontrar la verdad en la política americana”. Para ello examinan las declaraciones de políticos y “cualquiera que tenga voz en la política”. Es decir, miembros del Congreso, legisladores estatales, gobernadores, alcaldes, el presidente y miembros del gabinete, están sometidos al control del Truth-O-Meter. Con esta herramienta, en PolitiFact clasifican las afirmaciones en: cierta, bastante cierta, mitad cierta, bastante falsa y falsa. Y si una declaración es ridículamente falsa le dan el calificativo de Pants on Fire (pantalones en llamas).

En PolitiFact también hacen un seguimiento del grado de cumplimiento de las más de 500 promesas hechas por el presidente durante las campañas electorales. Para ello crearon The Obameter, una herramienta para examinar si Barack Obama ha realizado lo que prometió desde que ocupó el Despacho Oval en 2009, y en qué grado lo ha hecho[5]. Este enero de 2017 ya han anunciado el nacimiento del Trump-O-Meter, que realizará la misma función que el Obameter pero con las promesas electorales de Donald Trump.

The Washington Post también verifica las afirmaciones de los políticos y lo hace otorgando uno, dos, tres o cuatro “Pinochos” en función del grado de falsedad. Y, si es cierta, le otorga un Geppetto. El Fact Checker del WP es una columna creada por Glenn Kessler el año 2007 para cubrir la campaña presidencial de 2008 y dos años más tarde decidieron recuperarla de forma permanente[6]. Kessler trata en su columna temas “importantes para los votantes” y les aporta contexto. Así lo contaba él en una entrevista en C-SPAN[7]: “busco declaraciones acerca de grandes temas, declaraciones que puedo usar para contar una historia más amplia sobre temas que confunden a la gente, que oyen a los políticos hablar, pero se preguntan, ‘¿es eso realmente cierto?’”

Este formato de periodismo político no es exclusivo de los Estados Unidos. Desde hace años está creciendo también en algunos países de Sudamérica y en Europa, como por ejemplo en el Reino Unido. Un ejemplo exitoso de ello es Chequeado, creado en 2010, siendo el primer sitio de América Latina dedicado a la verificación del discurso[8]. Su objetivo es “revalorizar la verdad y elevar el costo de la mentira” para que “el debate público se base en datos y hechos, no en preferencias ideológicas”.

En España también hay algunos medios que examinan y verifican el discurso de los políticos, pero son una pequeña minoría los que optan por esta opción. Dos de ellos son El Objetivo de Ana Pastor, en La Sexta, y La Chistera, un blog de El Confidencial.

El Objetivo importó el formato del Fact Check a España el año 2013 y en él Ana Pastor somete las declaraciones de políticos a las Pruebas de verificación, en las que determina si lo que han dicho sobre un tema concreto es cierto, erróneo, impreciso o falso[9]. Y lo demuestran a través de datos y consultas a expertos. Por otra parte, los periodistas que impulsan La Chistera analizan el discurso de los políticos para determinar si lo que dicen es verdad o mentira. “La actualidad política y social está llena de prestidigitadores, personajes que ofrecen su verdad con afirmaciones sacadas de sus chisteras”, explican en el blog.

El Diccionario Oxford ha seleccionado el concepto posverdad como palabra del año 2016 debido al aumento de su uso que ha detectado en Europa[10]. La definen como “referido a circunstancias en las que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y las creencias personales”. Con Donald Trump, Nigel Farage, Marine Le Pen y demás en el panorama político, sería un buen momento para que más medios decidieran adoptar este formato y devolver así los hechos contrastables al centro de la política.

 

 

Referencias:

[1] “How The New York Times will fact-check the debate”, 26 de septiembre de 2016. Disponible en: http://www.nytimes.com/2016/09/27/us/politics/new-york-times-debate-coverage.html

[2]  “Fact-checkers’ reach keeps growing around the globe”, Duke Reporter’s Lab, 22 de noviembre de 2016. Disponible en: http://reporterslab.org/fact-checkers-reach-keeps-growing/

[3] Zommer, Laura. (2015). “El boom del fact checking y la vuelta a las fuentes”. En Roitberg, G. y Piccato, F. Periodismo disruptivo. Dilemas y estrategias para la innovación. Buenos Aires: La Crujía Ediciones.

[4] Ask FactCheck. Disponible en: http://www.factcheck.org/askfactcheck/

[5] The Obameter. Tracking Obama’s Campaign Promises. Disponible en: http://www.politifact.com/truth-o-meter/promises/obameter/

[6] Fact Checker: The Truth Behind The Rhetoric. Disponible en: https://www.washingtonpost.com/news/fact-checker/?utm_term=.c34b4c9ea24c

[7] Q&A with Glenn Kessler. C-SPAN. Disponible en: https://www.c-span.org/video/?323438-1/qa-glenn-kessler

[8] Chequeado. Disponible en: http://chequeado.com/

[9] El Objetivo. Pruebas de verificación. Disponible en: http://www.lasexta.com/programas/el-objetivo/prueba-verificacion/

[10] “Word of the Year 2016 is…”, Oxford Dictionaries. Disponible en: https://en.oxforddictionaries.com/word-of-the-year/word-of-the-year-2016

 

 

 

 

 

 

 

 

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